Todavía no ha sido
posible caminar por estas realidades virtuales, sin llegar en algún momento a
encontrarse con las paredes reales de la habitación.
Estos dispositivos se
colocan en la cabeza y muestran imágenes tridimensionales según los movimientos
que tengan las personas. El usuario se ata con un cinturón a un marco de apoyo
y los pies se deslizan por una superficie de baja fricción.